viernes, 26 de mayo de 2017

MI LUZ AL FINAL DEL TUNEL


 



                              Me ha costado muchisimo llegar hasta aquí. Mi hijo me lo organizo todo para que pudiese entrar en noviembre. Fueron sucediendo distintas circunstancias que retrasaban mi entrada. A pesar de todo, la optimista que habita en mi, esa que siempre ha creído que lo mejor esta por llegar, me sonreía por dentro y saboreaba las palabras de mi próxima entrada.
                              
                              Ya no recuerdo cuantos años hace que caí en el pozo. A pesar de su profundidad, siempre tuve mi Luz que me animaba a buscar la superficie. Fue un trabajo duro, a veces me arrastraba, arañaba, cojeaba o me tambaleaba. En ocasiones fue desesperante, así que en los últimos años, decidí tomármelo con calma y hacer solo tramos cortos.


                               Todo iba bien, me faltaba muy poco camino, ya casi podía ver el exterior y entonces alguien apago mi Luz. Me dejaron en la oscuridad mas absoluta que nunca pude imaginar. Me bloquee, maldije, me volví a perder, me volví a caer, a hundir. He perdido la noción de donde estoy, ni el porque. No entiendo nada, no comprendo nada, no tengo ganas de nada ni se que es lo que debería hacer. Ahora estoy mas perdida que nunca pero sin ganas de encontrarme.


                               Lo único que hago es hacerme preguntas que no puedo responder. ¿Porque?, ¿es necesario caminar en la oscuridad?, ¿para que caminar por este túnel si fuera de el ya no hay esta mi  Luz esperándome?. A ratos estoy cabreada con todos, con el mundo entero, con todos los dioses y hasta conmigo misma.
                              

Mi yo optimista viene a menudo a confundirme y me susurra al oído- Todo es un sueño, solo tienes que abrir los ojos y volverás a ver tu Luz-. Y quiero suplicar que me despierten, pero me doy cuenta enseguida de que no, que mi Luz no esta. Entonces solo quiero salir corriendo y gritar. Destruir todo lo que encuentre a mi paso, arrasarlo todo. Ya nada me importa sin mi Luz.
                              
                              La realidad es que aunque lo desee, esa no soy yo. Nunca he podido soportar la destrucción. Yo soy esa que guarda la compostura y que aparenta que nada la perturba. Esa a la que no le gusta mostrar debilidad ni dolor. Con un glosario de tacos tan pobre que ni para maldecir valgo. Así que aquí estoy, estancada como quien espera. Y  mientras fumo, solo digo-¡¡MIERDA, MIERDA!!







No hay comentarios: