A ESE AMIGO QUE ME ABRAZA

Me gusta hablar, el dialogo, el debate y no necesito convencer a nadie ni salir victoriosa de ninguna discusión. Me gusta que me cuenten lo que se ve del otro lado, lo que ve la mirada de otra persona, que me amplíe el paisaje que diviso desde mi ventana y me cuenten lo que hay al otro lado. Fui esa niña incomoda para algunos profesores que preguntaba mas de la cuenta y sigo preguntando.
Me gusta esta ciber ventana, la tele, los libros, las películas. Cuando miro todos esos mundos que tal vez no visite nunca, todas esas personas que no podre conocer, me doy cuenta de que el mundo es diverso y el universo inmenso y yo apenas una motita que no sabe casi nada. Después cualquier ápice de soberbia se te esfuma y te enriqueces con las ideas de los demás.
Cuando dices que no seamos esclavos del pensamiento quiero pensar que te refieres a que no nos obstinemos con ideas negativas dejando que estas nos hundan en la desaparición. Pero no me pidas que no piense porque el pensamiento es lo único verdaderamente nuestro que tenemos, que nos hace libres y nos permite viajar a los lugares mas remotos y maravillosos.
En la escuela tuve que aguantar muchos castigos por preguntar, entonces solo tenia siete años. Estábamos en plena dictadura y durante muchos años los niños y jóvenes no nos atreviamos ni a transmitirle a nuestros padres lo que ocurría en la escuela, asumíamos que era lo normal. Ahora no soporto que me callen, que me tapen la boca. Cuando pregunto mi intención no es incomodar sino aprender de otros. Siempre digo que para enseñar lo importante no es saber mucho, sino ser lo suficientemente generoso para compartirlo con los demás.
Te esperare aquí para que me traigas abrazos, que nunca sobran, respuestas o lo que quieras. Un beso.